El Puente de la Vega, llamado comúnmente por los vecinos de Villalcampo como puente de la Veiga, está ubicado a la entrada del pueblo según se viene de la capital zamorana.

Es una de las construcciones tradicionales más antigua y simbólica del pueblo, su construcción se remonta a la época de los romanos. 

Es un puente muy elaborado y aunque no es de grandes dimensiones, en la antigüedad tenía como función esencial el tránsito entre dos orillas, cruzando de este modo el Arroyo de la Rivera.

Está formado por piedras de distintos tamaños, todas ellas de granito, ya que es la roca predominante de la zona. Dichas piedras, reciben nombres específicos, como las “trozas” que son grandes losas de granito sabiamente colocadas sobre los “pilares”. Y las “guardas”, que refuerzan el conjunto y dividen la corriente aumentando así la resistencia al paso del agua.

En esta imagen podemos ver el puente de la Vega por la parte frontal hace unos años.

Esta otra fotografía nos muestra el puente de la Vega por su parte interior.

En los alrededores del puente, hay unos jardines vallados para su cuidado, con plantas y árboles que dan sombra a los merenderos que hay por allí, siendo de gran utilidad por las personas en el buen tiempo, con el fin de hacer una comida al aire libre y disfrutar del paisaje.

En la actualidad, se ha  llevado a cabo la restauración del puente, ya que en las épocas donde se concentran las mayores precipitaciones, se ve afectado por la gran cantidad de agua que el Arroyo acarrea, llegando incluso a taparse los ojos del puente, cosa que llama la atención tanto a la gente del pueblo como a los viajantes que transitan por nuestra carretera.

Para su reparación se han tomado piedras procedentes del mismo pueblo, sacadas y trabajadas por los obreros. En estas imágenes, se puede ver como en la parte frontal del puente se han puesto grandes losas de piedra, “las guardas“, apoyadas y colocadas sobre los pilares del puente, para protegerlos de la fuerza del agua.

En esta otra fotografía, se puede apreciar como uno de los ojos del puente ha sido restaurado. Para ello, se han rellenado los agujeros que tenía con piedras de diferentes tamaños para que, cuando el agua fluya, no se introduzca en ellos erosionando el puente. Proceso que se ha repetido en todos los ojos del puente.

La parte interior del puente no esta tan deteriorada como su parte frontal, ya que no recibe tanto impacto del agua como por la parte delantera, pero también se han retocado aquellas zonas donde su construcción se ha visto afectada por el agua.

Finalmente, las siguientes fotografías muestran su estado actual.  No podíamos perder un monumento tan antiguo y simbólico como es el puente de la Veiga, ya que forma parte del Patrimonio Cultural. 

Invitamos a todo aquel que quiera visitarlo,

¡Os esperamos!